(in)Justixia Parte VI



Amaneció en Guayaquil, tras la pesada noche que el equipo de detectives formado por Carlos Charli Cedeño y Xosé Yuste tuvieron. Has estado las últimas doce horas tras la pista de un asesino que, además, está involucrado en el negocio de una destructiva droga llamada NKNC.

Es sus oficinas se encontraba también, bajo custodia, Jessica Jessie Pincay, una prostituta testigo de todo lo que había sucedido y víctima de la misma droga.

Tras una fría ducha, se dispusieron a desenredar el caso y encontrar al culpable. Debemos volver con Madame Bouvier - dijo Xosé - ella seguro fue la que nos puso esa trampa en casa de Jessie. Debe estar detrás de esto, concluyó.

El detective Cedeño lo escuchaba pero no se convencía. Si Natalia no quería muertos, estoy seguro que lo estaríamos - respondió Charli - es demasiado fácil y ella no se hubiera expuesto de esa manera.

¡¿Natalia?!, contestó Xosé exaltado. No sé que diablos haya pasado entre ella y tú, ni por qué la llamas por su nombre, pero hay algo que no está bien en su comportamiento.

Por supuesto que no - dijo de inmediato Charli - está asustada y no hay muchas personas que tengan ese efecto en Madame Bouvier, explicó.  Mejor revisemos lo que tenemos, Xosé.

Tenemos el teléfono celular con una sola llamada, que encontramos en el cadáver de Pistoletes Intriago - comenzó a repasar Xosé - los de Tecnología Forense ya lo están revisando para saber a quién pertenece ese número.

Bueno, eso es algo grande - contestó Charli – tenemos también esas fosforeras con el logo de Madame Bouvier, lo que indica que frecuentaban el lugar. Pero Natalia ya no nos va a dar más información.

En todo caso mientras esperamos el resultado de los forenses veamos si podemos sacarle más información a Jessie, dijo Xosé. Fueron a la sala de custodias del edificio del UCAD para hacerle un par de preguntas más a Jessie Pincay.

Necesitamos tu ayuda para resolver de una vez el asesinato de Caterine Suarez - comenzó diciendo Xosé - ¿tienes alguna otra información que nos sirva?

Ya les he dicho todo lo que sé, la clave era el vendedor de la droga pero el cadáver de ese maldito no sirve, contestó la joven prostituta. 

¿Estás segura que no hay nada más que nos puedas decir? ¿Algo que hayas visto o escuchado?, preguntó ahora Charli con insistencia.

La demacrada joven pensó por un momento, recordó con insistencia, buscando por cualquier tipo de información que pueda ayudar y finalmente habló.

Lo único extraño que recuerdo son todas esas veces que la policía se acerco al burdel con órdenes de allanamiento y arresto. Se llevaban a Madame Bouvier pero luego de unas horas regresaba. Siempre que eso pasaba, Caterine, al día siguiente, nos contaba que él la había visitado, contó Jessie. Ambos detectives se sorprendieron ante el extraño relato y procedimiento de los policías de la historia.

Al regresar a su escritorio encontraron el reporte final de los forenses. Xosé lo tomo y comenzó a leerlo, no parecía muy contento.

¡Maldición!, exclamó Xosé. No pudieron conseguir la identidad del dueño de la línea que llamó al celular del sicario. Dice que aparece como un número bloqueado.

¿No hay ningún otro detalle?, pregunto Charli. Xosé continuó leyendo el reporte en busca de más detalles.

Veamos, información de los occisos, personas asociadas a ellos, prueba de ADN del cigarrillo encontrado resulto no concluyente… Un momento, eso es extraño, yo nunca envié esa evidencia para el análisis.

¿Qué dijiste, Yuste?, preguntó de inmediato Charli, exaltado por lo que su compañero acababa de mencionar. 

Dije que yo no envié el cigarrillo - contestó Xosé - y creo que nuestra investigación está siendo manipulada por un ente con mayor jurisdicción que nosotros.

“No pienso hablar de mis clientes”, Charli recordó lo que había mencionado Madame Bouvier la noche anterior.

Si el asesino, la persona que mueve los hilos - pensaba el detective Cedeño - tiene el poder de ordenar un allanamiento y distorsionar resultados forenses, entonces…

Sonó el teléfono de un momento a otro, el sonido del timbre llenaba la oficina mientras Charli se acercaba a contestar.

Contesto la llamada, tuvo una breve conversación durante la cual su expresión pasó de relajada a sumamente seria.

Novato, alístate, dijo Charli tras colgar la llamada, vamos a conocer la mente detrás de todo esto y acabar de una buena vez con este caso.

Adelante, respondió el joven detective Xosé Yuste, con una arrogante media sonrisa dibujada en su rostro.

Son un poco más de las dos de la tarde en la calurosa Guayaquil, los detectives están en el Chevy Nova 88 camino a descubrir al asesino y este caso está por cerrarse.

Continuará…

Parte VII

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