(in)Justixia Parte III



Desde que conozco a este muchacho no ha sido más que un dolor de cabeza - pensaba el detective Cedeño - siempre con una opinión, siempre impetuoso por hacer las cosas. Y ahora, en medio de este apuro en el que estamos, agradezco que sea mi compañero, cualquier otro ante esta situación estuviera muerto del miedo, pero ahí está él, disparando sin miedo, tratando de que no nos maten a ninguno de los dos. 

Pareciera inclusive que disfruta el momento, pensaba Charli mientras observaba a su compañero Xosé Yuste disparar al auto que trataba de matarlos. 

¡Acelera viejo!, dijo Xosé, nos están alcanzando y ya casi no tengo municiones. Cállate novato y sigue disparando. Mientras recorrían a toda velocidad la avenida Machala los disparos de los sicarios que los perseguían comenzaban a ser más peligrosos a medida que se acercaban. A Charli entonces se le ocurrió disparar a las luces del auto y apagar las del Chevy Nova, aprovechando la mala iluminación al final de la avenida pudieron, finalmente, escapar.

Excelente idea compa, dijo Xosé. Estuvieron disparándonos durante casi 5 minutos y tu ni te inmutas, ¿las tienes cuadradas o qué?, respondió Charli ante la asombrosa tranquilidad de su compañero. Xosé sonrió y enfundó el arma. Tenemos que llegar pronto a la casa de la Pincay antes de que nos encuentren nuevamente, dijo Xosé. A mi me tiene intrigado el hecho de que alguien quiera acabar con nosotros y con la investigación, contestó su experimentada dupla que seguía asombrado ante el sosiego del joven.

¿De qué hablas?, preguntó Xosé, ¡eso es bueno! Significa que estamos haciendo las cosas bien y que tenemos asustado a quién sea que está detrás de esto. Eso es exactamente lo que me preocupa muchacho, respondió Charli, el responsable de esto sabe que estamos en el camino correcto, esto no se detendrá hasta que lo encontremos.

El auto había quedado un poco abollado a causa de los disparos pero no les impidió continuar su camino. Llegaron, minutos más tarde, hasta el sector de Las Acacias donde se encontraba el departamento de la mujer que Madame Bouvier les recomendó para continuar la investigación. Al llegar tocaron el timbre, la mujer contestó inmediatamente, Charli solicitó que los dejara ingresar a la vivienda, le pidieron solo un momento para conversar con ella. Eran casi las 3 de la mañana cuando la mujer les abrió la puerta del inmueble. A lo lejos había un grupo de jóvenes jugando pelota, otros libando con bielas y jaba en mano.

Espérame un momento, ya voy a entrar, dijo Charli Cedeño, sigue novato que yo te alcanzo. Al rato regresó Charli y al ingresar a la vivienda vio a Xosé preocupado, observando hacia la sala. Fue entonces cuando se percató de que habían 6 hombres armados en la casa, una mujer semi desnuda amordazada y su novato compañero apunto de disparar. Justo antes de que Xosé hiciera algo estúpido, uno de los hombres habló.

Vengan, detectives, acérquense y tomen asiento que tenemos que conversar, dijo el hombre que al parecer era el jefe de los matones. Cedeño y Yuste cruzaron miradas, se acercaron y tomaron asiento. Estaban por tener lo que parecía la última conversación de sus vidas.

Continuará...

Parte IV

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