Entre Dudas Y Derivas

Hace tres años comencé a escribir en este espacio al cual, durante el 2014, dediqué gran parte de mi tiempo. Pero con el pasar de los días y las miles de líneas, perdí mi enfoque inicial. El blog ha carecido de la dedicación que merece, al mismo tiempo que yo extravié gran parte de mis deseos para generar contenido nuevo.

Al iniciar este año pienso en qué hizo que perdiera el ímpetu de aquellas primeras publicaciones hace tanto tiempo. No parece que haya pasado una gran cantidad de minutos, pero los recuerdos de aquellos días son cada vez más obtusos en mi mente. Mi aventura literaria carece hoy del mismo ánimo que me caracterizó para crear historias o argumentos sobre diversos temas.

Temo que mis mayores enemigos han sido la duda de reconocerme como escritor y los diferentes caminos que he recorrido desde entonces. Estos me restan una mayor cantidad de fuerzas y tiempo para dedicarle al blog. Entre el trabajo y mi intento para superarme académicamente, perdí de vista este maravilloso espacio en donde mi mente creaba y mis dedos escribían al ritmo del tic y tac del teclado.

¿Por qué me cuesta reconocerme como escritor? Tal vez porque no hay universidad en el mundo que pueda adjudicar ese título. He llegado a sentir que carezco de esa chispa para conquistar las mentes y llenar de emoción a quien lee lo que escribo.

Sin embargo, aquí estoy nuevamente. Y no puedo dejar de agradecer a Dios por darme este inmenso deseo para escribir algo nuevo hoy. A mi amiga, enamorada, novia, esposa y editora que sigue alentándome mientras corrige cada línea que redacto. 

Deseo con todo mi corazón que éste 2017 sea el año en que pueda recuperar mi tacto creativo y pueda volver a sorprenderme con las cosas que escribo. Anhelo sentir nuevamente esa efervescencia al terminar un texto, al corregirlo y releerlo en voz muy alta, para sentir que publiqué una obra maestra.

Pero sobre todo, espero poder conservar el sueño de aquel niño que desde que aprendió a escribir, tomaba cuadernos y plumas para inventar miles de tonterías sobre el papel y se sentía un escritor como Mark Twain, Borges o Gaiman.

Aquí vamos nuevamente Jorgito, nuevo año y nuevos retos para superar con la pluma en la mano y la creatividad en el corazón.

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