Lo Que Fue Y Será Mi Hogar

El próximo domingo ya no estaré en casa. Habré partido a la más grande aventura de mi vida. Dejo atrás a varios seres especiales que durante 28 años han guiado mi camino. Los olores de la casa se esfumarán de mi memoria con el pasar de los días, tanto que al visitarla me parecerá un olor nuevo. Intercambio los frutos del mango y el calor de la familia por una nueva vida junto a la mujer que amo.

Llegará el lunes y no volveré a casa, el camino de regreso es ahora distinto. Alcanzó a ver solo de lejos aquel lugar que un día llamé hogar, que lo seguirá siendo en lo más profundo de mis sentimientos y con cada nueva invitación de mamá.

Pasarán el martes, el miércoles, el jueves... Delante de mis ojos, la rutina ha cambiado por el descubrimiento de un nuevo mundo. Siento que volveré a gatear, que junto a mi amada debemos aprender a caminar tomados de la mano y luego alzar el vuelo, juntos, como dos enamorados que se disponen a alcanzar las estrellas.

Al fin de semana, es viernes y mi corazón lo sabe, ya no haré planes con mamá, con mi amigo y mi hermano, con la mujer de rubios cabellos que mecía mi cuna y que ahora, con mi figura un poco más vieja, me entrega su cariño incansable. Las cenas, los mariscos y las largas sobremesas ahora son una anécdota de la vida que tuve, que me llevo enterrado en mi memoria.

Ya es sábado y limpiar la casa o mi cuarto ya no es una obligación. Pero es un hermoso hábito que me quedará por siempre. "Un hogar limpio es un hogar feliz", solía decir la dulce madre piel de oliva que se ha asegurado durante años que esté preparado para enfrentarme al mundo. Eternas gracias para ti. Por cada sonrisa, cada discusión y tantos llantos necesarios para fortalecer un vìnculo que va más allá de la sangre.

Finalmente es domingo de nuevo, ya no lo aguanto, ya no me contengo, necesito verlos, escribirles y decirles que los quiero. Que la vida es hermosa junto a la mujer que amo, pero que jamàs podrè olvidar aquella historia de cuatro que nos une hasta la eternidad, hasta las estrellas.

Corro a casa, la villa está cerca. Toco el timbre y al mismo tiempo que la puerta se abre, una sonrisa se dibuja en mi testa. Es la felicidad de la familia, del hogar que jamás se irá, porque si hay algo en lo que siempre puedo contar es que la puerta de la que fue mi casa nunca se cerrará.

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