En Mis Derrotas
Sin importar cuán dura sea, yo jamás me doblego porque en mis derrotas aprendo a ser un mejor guerrero. Ante Madame Défaite no me rindo, han sido tantos los golpes que he recibido, que he decidido encarar a la vida con ahínco. Y no encuentro mayor nobleza que esta, ser un caballero que al galope enfrenta, la dureza de la existencia.
No me encuentro solo en este largo y acerbo camino, en lo oscuro y profundo del espacio se presenta la luz de una estrella que por el firmamento me lleva al destino que me espera. Y aquí en la Tierra, está mi musa. La que me besa los cabellos y acaricia mis labios, la que me dispara hacia adelante, la que empuja mi alma hacia la suya, cálido hogar en donde mi corazón reposa del frío y brutalidad de los azares de este mundo.
Áspera y cruel puede ser la travesía, pero no con llanto sino con risa le planto cara. En un explorador del infortunio me he convertido, pero sé que al final la victoria habrá de regresar conmigo. Ya mi misión la tengo clara: a que me esfuerce y sea valiente me han mandado; que no tema, ni desmaye, porque al llegar más allá de la eternidad, mi premio será revelado.
Por eso es que te digo amigo, que ante la feroz Madame no desfallezcas, porque a esta bruja seguro la vencemos más temprano que tarde, con el cantar del gallo; y esta no es cualquier ave, es la que anuncia la victoria, que de su vid nos trae el dulce trago, de ser los triunfadores de una larga batalla, que de anécdotas está atiborrada y que a nuestro espíritu engalana con una medalla.
Jamás hay que rendirse para ver llegar este día, que de seguro en el horizonte se asoma, si con valor y coraje enfrentas a la ruda Señora.
Al final de este cuento yo te digo, que a la derrota debo mucho, puesto que es una gran escuela para conquistar los designios de este mundo. Adiós Madame Défaite, no volverá a vencerme, con cada nuevo encuentro usted me aboca, un paso más cerca de mi inevitable victoria.
Al final de este cuento yo te digo, que a la derrota debo mucho, puesto que es una gran escuela para conquistar los designios de este mundo. Adiós Madame Défaite, no volverá a vencerme, con cada nuevo encuentro usted me aboca, un paso más cerca de mi inevitable victoria.
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| Imagen tomada del blog de Christopher Willemsen. |

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