Las Palabras Se Respetan
Todo comienza como un error al pronunciar, o un anglicismo mal utilizado. Muchas palabras se distorsionan por la falta de conocimiento que se presenta como barbarismos, redundancias o vulgarismos. Poco a poco la consideración y el respeto hacia las palabras se va perdiendo.
Causa gracia porque nadie está libre de estos errores que originan cierto nivel de vergüenza por la distorsión, muchas veces involuntaria, de los vocablos. Es que escuchar cosas como "desnutrimiento" o "buenisásimo" puede causar una gran carcajada, sobre todo al pensar en sus posibles significados. El primero, de seguro, es una combinación de hambre y aburrimiento; mientras que el segundo es un súper superlativo, es la mezcla de lo buenísimo y lo buenaso.
¿Dónde quedó el ente regulador de la gramática y ortografía castellana? Parece que ha sido secuestrado por las nuevas tendencias y se encuentra más ocupado aumentando nuevas palabras en el diccionario que defendiendo a las que tienen siglos de existir. Ahora uno puede encontrar palabras descabelladas que van desde las traducciones mal realizadas de términos en inglés hasta las vulgaridades que forman parte de la jerga popular. La RAE se quedó dormida en los laureles.
Otro gran misterio sin resolver, es el famoso problema de las palabras escritas en mayúsculas que recorren el planeta dando bofetadas al idioma. Algunos dicen que no se tildan, otros que no es obligatorio. Lo cierto es que es una gran falta de respeto para la constitución de una palabra, obviar una tilde por el simple hecho de estar en mayúsculas. La palabra tiene la misma gramática, ortografía y morfología sin importar el estado de su fuente tipográfica.
El respeto es muy importante porque es mediante este acto por el cual demostramos que tenemos consideración hacia los demás. En este caso, hacia las palabras. Esta es una de las virtudes más importantes que los seres humanos empleamos para honrar a otros, como las palabras en nuestro singular caso, dándole valor a su identidad. La gramática y ortografía son dos cosas que hay que valorar mucho. De lo contrario uno se termina convirtiendo en un analfabeta funcional.
La reconciliación con las palabras debe ser urgente y debe empezar a destruir la gran cantidad de abusos que existen contra la lengua materna. La falta de respeto solo conducirá a que las palabras puedan llegar a desaparecer como las conocemos. Al final del día, no se podría vivir en un mundo sin palabras. Ante todo respétate a ti mismo, nunca sabes quién te está mirando o escuchando. No hay mejor carta de presentación que un vocabulario fluido en conjunto con una ortografía respetuosa.
Nota Editorial: Esta publicación ha sido revisada y editada por la maravillosa Elena Gutiérrez, la genial editora de este blog. Gracias eternas por tu fabulosa colaboración y tu incondicional cariño.
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