A Mi Madre

Una de las grandes mujeres en mi vida, ella tiene su lugar especial. Sería imposible no escribirte por tu cumpleaños, no solo por ser mi mamá, sino también una gran amiga y maestra.

Al pensar en qué escribirte no sé si comenzar describiendo tu linda sonrisa o la calidez de tu mirada, quizás debo empezar por tus innumerables virtudes. La cariñosa mamá que siempre has sido, la gran amiga y la amable mujer que nos ha acompañado durante 26 años a mis hermanos y a mí. No puedo, tampoco, olvidar tu ferviente entusiasmo y optimismo que siempre deseas contagiar, tu excelsa preocupación por quienes amas y tu devoción por la iglesia en la que fuimos educados.  

¿Qué más podría decir ti madre? En silencio te lo he dicho todo; porque sigo adelante, continuo en la lucha gracias a tu incondicional esfuerzo. Tu acérrima convicción de salir adelante juntos, como una familia. De pelearle al mundo nuestro lugar en él. Somos y seremos uno para todos y todos para uno. 

Te quiero, mi diminuta gigante, la del corazón romántico, la de las canciones pegajosas, la de las recetas caseras, la del cariño sincero. Te quiero porque has sabido enriquecer mi vida con todas las lecciones que me has dado, con cada uno de los fuertes argumentos que siempre usaste para que aprendiera valiosos consejos que me han servido para llegar hasta donde estoy.     

Si pudiera escoger una flor para ti creo que ninguna podría entregarte, ¿qué flor se puede comparar contigo mamá? Ninguna está a tu altura, todas excepto una. La que crece en los corazones de tus tres retoños, nace plantada por tu amor desde nuestro nacimiento, se desarrolla gracias a los cuidados que siempre tuviste con nosotros y que ha dado como fruto tres hombres de bien, tres románticos, como tú, que te quieren hasta más no poder.  

Deseo que me sigas acompañando durante el resto de la vida. Que Dios siempre te cuide y te proteja para poder agasajarte con nuestros éxitos, con nuestras nuevas familias a las que les queremos transmitir ese incondicional amor de madre que tú nos inculcaste. Gracias por tanto y perdón por tan poco.