Solo Quedan Las Cenizas Del Dinero
El 2014 llega a su final y de seguro alrededor del mundo son muchas las costumbres que toman lugar como parte de los ritos para despedir al año. Algunos de seguro caen en la categoría de lo ridículo y otros tal vez tienen un fondo mucho más profundo y personal. Pero, desde lo que yo he podido vivir, nada tan absurdo como la costumbre ecuatoriana de quemar al monigote o año viejo.
Para no caer en una hipocresía, debo aceptar que de niño tomé parte de esta tradición de la cual mi padre nunca fue partidario, pero dada la insistencia mía y de mis hermanos, terminaba por darnos el gusto muy en contra de su voluntad.
Con el paso del tiempo me pude dar cuenta que esta celebración rendía culto a quemar el dinero. Sí, precisamente eso. Tirar el dinero al fuego, pero, ¿por qué? Ecuador no es el único país que despide de esta forma el año, desde México hasta Argentina, cada localidad con su propia versión del festejo, queman un monigote que representa al año que pasa, honrando lo bueno y despreciando lo malo que se vivió o a los personajes que crearon controversia o admiración.
Sin embargo, en la gran mayoría de países como pude revisar en un par de fuentes, el monigote consiste de coser ropa vieja y rellenarla de aserrín, se coloca también una máscara o careta para representar aquello que se desea quemar. Hasta aquí lo único inapropiado es el envenenamiento del medio ambiente a causa de las grandes cantidades de humo que se desprenden en una sola noche.
Pero en Ecuador, con gran particularidad, en la ciudad de Guayaquil, este ritual se distorsiona mucho más con muñecos muy elaborados de materiales como madera, cartón, papel maché y otros más. Desde pequeñas pequeñas efigies de lo más absurdo que tuvo el año hasta monstruosidades de diez metros, y el gran problema es que se comercializan, ¿pueden creerlo? La tradicional calle 6 de Marzo, al sur de la ciudad, se llena de estos con precios que van desde los cinco dólares hasta cifras ridículas de 400 ó 500 dólares. Cuenta la leyenda que alguna vez una empresa pagó más de 1.000 dólares por uno.
¿Acaso las personas no se dan cuenta lo que están haciendo? ¡Están quemando su dinero! Habrán algunos que dirán: Es mi dinero y yo hago con él lo que me da la gana. Tal vez por eso el país está como está. Durante todo el año las personas se quejan de que no hay para la comida o para comprar comodidades, pero al final del mismo prefieren echar todo a la basura y quemar lo que tanto les costó en una hoguera que no estará encendida más de una hora y después ¿qué? Quemar el dinero no habrá cambiado las cosas y no vendrá un año mejor solo por ese gesto.
De niños nos enseñan que no debemos tirar la comida y debemos comer todo lo que nos sirven porque hay personas en el mundo que no tienen qué comer. Aún así, en Ecuador, esos mismo padres caen en la irracionalidad de tirar el dinero, de verl convertirse en cenizas para el olvido.
Llámenme exagerado, pero aquí hay un ecuatoriano que no volverá a quemar su dinero nunca más. Después de todo hay cosas más importantes en las que se lo puede usar. De seguro hay quienes piensan con un nacionalismo extremo y desean “proteger” las tradiciones del país y expresan argumentos sobre la necesidad que tienen los artesanos que producen estos monigotes, yo les digo que si tienen tanto talento para crear algo tan bien elaborado, de seguro pueden proyectar esas mismas capacidades para otras ocupaciones.
Invito a todos a comenzar a dejar de quemar el dinero y envenenar nuestro aire. La costumbre no es lo incorrecto mas la forma de ejecutarla sí lo es. Hay que saber cuidar dos de los bienes que no se pueden recuperar, nuestro capital y nuestro planeta. Un saludo a todos quienes leyeron mi blog este año, gracias por seguirme. Les deseo a todos un próspero año nuevo cargado con mis mejores deseos, ¡salud!
Fuentes:
- Leyendas y Tradiciones del Ecuador Tomo II, Hugo Garcés Paz, 2007, editorial Abya Yala
- Los Años Viejos, Xavier Andrade, 2007, editorial FONSAL
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