Un Viaje En El Tiempo

Me encuentro solo en mi habitación. Enfrente solo los libros de las cinco materias que debe de rendir en mi primer semestre de Comunicación Social en la universidad. Llevo meses esperando a que llegue ese momento, y me aterra la idea de pensar lo que puede pasar si fallo. 

El reloj marca los segundos que transcurren mientras mi mente se adentra en lo profundo de cada asignatura y en la oscuridad de la noche. Mi cabeza titubea y juro por un instante que estoy por quedarme dormido. De pronto, una ráfaga de luz y un rayo de viento fuerzan mi ventana y entran a mi habitación. Puedo ver una figura que vibra entre el espacio y tiempo. Alcanzó a vislumbrar que aquel extraño soy yo, pero no logro comprender qué sucede. Alcanzo a escuchar que me pide que tome su mano. Dudo por un instante, pero luego me arriesgo y sujeto su brazo extendido.

Todo a mi alrededor comienza a dar vueltas. La voz del viajero del tiempo es ahora más clara. “Iremos dos años al futuro”. Viajar en el tiempo no es como lo pintan en las películas. Nunca te detienes y alcanzas a ver pedazos de tu vida como piezas de un rompecabezas. Entre lo que percibo, veo que la gran tristeza que se esconde en mi interior desapareció por una enorme felicidad que llena mi vida. Veo muchas derrotas en la universidad, en el trabajo. Pero también alcanzo a ver algunos éxitos. 

Me veo en frente de la mujer que me ama, que está por convertirse en mi esposa. ¡Es hermosa! En tan solo dos años comenzaré a formar mi hogar junto a mi compañera, mi amiga, la que lee mi blog y escribe junto a mí. Veo discusiones con mis padres, mi hermano. Me encuentro en medio de un camino de salvación que en este momento no alcanzo a comprender. Y todo esto sucede mientras doy muchas vueltas. Por último, mi versión del futuro me recuerda que no olvide todo lo que he visto. Que recuerde volar siempre hacia el Sol y que en ese descubrimiento estará la clave de la felicidad en mi vida. 

Termina el viaje, me levanto del piso de mi cuarto. El mismo que deje hace breves segundos, porque aunque el viaje me pareció prolongado, no me desplacé ni un solo segundo de tiempo en el presente. Me levanto, trato de recordar todo lo que vi. No quiero olvidarla. Sé que vienen tiempos difíciles, pero su rostro, el de aquella joven que me entrega su amor a mí, es más que suficiente para aliviar toda adversidad. Quiero encontrarla, volverla a verla y decirle que muy pronto estaremos juntos para siempre. 

Aún no es el momento, es hora de seguir estudiando. De no rendirme sin importar que no tropiece, porque esta vez es todo diferente. Amo lo que estudio. Amo lo que hago. Amo a mi familia y sobre todo, descubrí que también la amo a ella. Mi estrella, la que de ahora en adelante me guía. Mi flor, la que va a perfumar todos mis días.

Comienza una nueva cuenta regresiva. La que marcará el tiempo que nos hace falta para alcanzar los sueños. Para que el futuro se vuelva presente, y estemos juntos para siempre.

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