Un Hombre Llamado Jesús

Me era imposible pasar por alto esta fecha tan importante y no escribir sobre quién considero es la figura más influyente de los últimos 2 000 años. A pesar de que las diversas fuentes académicas que se pueden encontrar sobre el tema tienen puntos de vista opuestos, es inevitable tratar de formar un juicio de valor propio sobre el tema. Precisamente porque hablo desde un criterio personal, esta publicación no debe ser tomada como una fuente de información directa. Pero, ¿de quién estoy hablando? No puede ser de nadie más que de un hombre llamado Jesús, el que nació en Belén y vivió en la región de Galilea. El que bajo mis creencias personales, resucitó un día como hoy.

Para facilitar un poco esto vamos a dejar a un lado dos aspectos fundamentales que forman parte de este histórico personaje: el Hijo de Dios y el Cristo. A pesar de que son parte esencial de este magnífico ser humano y que con toda fe puedo decir que son aspectos reales, me es imposible desde mi limitada concepción de la Divinidad, tratar de hablar más a fondo del tema. Sin embargo, vamos a enfocarnos en Jesús, el hombre. Que sin duda alguna es también una matiz sustancial de la trascendencia del más importante personaje de la historia moderna.

Conocemos que nació de una mujer llamada María, una devota y abnegada sierva de Dios. Criado en conjunto con la ayuda de José, un hombre sencillo pero con una fuerte educación en valores, también obediente de los designios del Padre Celestial. En ese hogar creció Jesús, quién desde ya una temprana edad, como se cita en la Santa Biblia, demostrada una fantástica proeza para entender las escrituras y el mundo. De seguro, el amplio número de parábolas que después formularía las imagino durante su desarrollo como niño, adolescente y posteriormente, el hombre en el que se convertiría. Durante ese tiempo trabajó como ayudante de José, un carpintero, y tras la muerte de éste continuó ejerciendo el oficio para ayudar en el hogar. Lo cual ya comenzaba a demostrar su carácter de una persona con sentido de responsabilidad.

Foto de lo que podría ser el verdadero rostro de Jesús

Luego llegaría su momento decisivo, el momento de salir a predicar al mundo algunos de los valores más importantes que siguen trascendiendo el día de hoy. A pesar de ser la figura más importante del Cristianismo, Jesús era judío y uno de sus principales propósitos era reformar los dogmas de su religión para transformarlos en unos más acordes a lo que el concebía como la verdadera doctrina del mundo. Tomó miles de años de tradición judía y las reformo con la sencillez que siempre lo caracterizó, una magnífica muestra de esto es la forma como sintetizó los Diez Mandamientos en dos conceptos tan claros como lo son el amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo; esta era una de las cosas que se pueden subrayar sobre su forma de ser, la sencillez con la que se manejaba y la simpleza a la hora de hablar, lo cual hacía mucho más fácil la comprensión de las personas sin acceso a la educación.

Este es uno de los principales factores de importancia histórica de Jesús, su interés por las personas más necesitadas y desatendidas. El desprecio y abuso de los más pobres siempre ha existido, sin importar el tiempo, siempre las clases con mayor poder oprimieron a los que menos tenían. Hasta que llegó este hombre a cambiar esto y a enseñarnos que el camino hacía la felicidad se encuentra en las cosas pequeñas, las que no se pueden comprar. Solo los bienes adquiridos a través de nuestra conciencia nos guiarán a ser más dichosos, lo cual nos permite liberarnos del gran engaño del mundo, el cual quiere que busquemos ser más felices a través de las cosas materiales, cuando éstas no representan nada en absoluto. 

Los diferentes sermones y lecciones que Jesús deja son un legado para el humanismo moderno, donde de seguro grandes pensadores y filósofos encontraron las primeras chispas de ideas tan primarias al día de hoy como lo son la libertad y la igualdad. Sin embargo, como he dicho anteriormente, nuevamente el mundo se está haciendo cargo de trastornar esos principios fundamentales hacía libertades banales e igualdades inmorales. No obstante, la prédica de Jesús no solo se baso en derechos básicos de los hombres y mujeres, también, y esto lo considero una contribución de su Santa Madre María, podemos encontrar también grandes enseñanzas sobre la amistad y el amor. 

La demostración más grande de lo que es la amistad es la elección de sus amigos, ya que los escogió sin prejuicio alguno o sin ningún tipo de interés. Todo lo contrario, buscó a quién más necesitaba de un amigo y le enseñó cómo ser realmente uno. Y al final de sus días dio la muestra más grande de amor, siendo un hombre inocente, escogió su denigración, su flagelo y su muerte, que son signo de una valiosa lección de obediencia y amor para todos nosotros. ¿Cuántas personas conoces que realmente darían la vida por ti? ¿Cuántas simplemente lo dicen y cuando llega el momento no aparecen? ¿Cuántas personas desaparecen cuando la situación se pone difícil y nos abandonan? Jesús no lo hizo y escogió su muerte para ser símbolo de esperanza y nos deja un importante mensaje de que la muerte no es el final, que se la puede vencer a través de una vida de servir a los demás, Él fue el primero en poner el ejemplo.

Así fue su vida, siempre puso en práctica lo que predicaba, jamás se quedó solo en palabras. Dejó un legado tan importante que 2 000 años después el mundo entero lo sigue recordando. Mencionemos, nuevamente, que he hablado del hombre llamado Jesús, después de eso lo que tu fe pueda llevarte a creer queda en ti. Pero, ¿después de conocer el extraordinario ser humano que fue, dudarías del resto? Esa es una pregunta que debes formularte para que se pueda generar el encuentro no solo con Jesús el hombre, sino también con el Hijo de Dios, con el Cristo.

Este día, Domingo de Pascua, de Resurrección, te deja una oportunidad inmejorable de cambiar tu vida. No es solamente Jesús el que removió la piedra que cubría el sepulcro, ese puedes ser también tú, para salir de esa fría tumba en la que llevas mucho tiempo, esa tumba llamada mundo. Solo tienes que ponerte en marcha y seguir los pasos de un hombre llamado Jesús.

Imagen tomada del buscador de imágenes de Google.

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